La precariedad laboral ha sido definida en función de cuatro grandes dimensiones: la inestabilidad en el empleo, la vulnerabilidad, los menores ingresos, y la menor accesibilidad de la población afectada a prestaciones y beneficios sociales. Esta es la situación que viven las personas trabajadoras que, por unas razones u otras sufren unas condiciones de trabajo por debajo del límite considerado como normal. Esto tiene especial incidencia cuando los ingresos económicos que se perciben por el trabajo no cubren las necesidades básicas de una persona, ya que es la economía el factor con el que se cuenta para cubrir las necesidades de la gente.
Se ha demostrado que esta informalidad recae mayormente sobre los jóvenes y los trabajadores no calificados, específicamente en lo referido al nivel educativo, ya que las empresas requieren de un personal calificado, con una formación ya sea técnica o universitaria y un alto grado de la población son analfabetas o no cumplen con un nivel de educación que les permita adaptarse al nivel exigido de las actividades.
En los últimos 10 años las políticas que ha implementado el gobierno han puesto en marcha programas sociales y reformas laborales para elevar el nivel de vida de la población, por ejemplo con “Vuelvan Caras” el gobierno tiene la idea de incorporar a los ciudadanos de los sectores excluidos hasta lograr una calidad de vida. Se llaman a estos programas misiones, las cuales algunas veces son objetadas por los opositores.
Sin embargo, aún están por evaluarse los resultados de estas misiones y sobre todo medir su impacto para contrarrestar el desempleo, la desocupación, y los cada vez mayores empleos informales cuyas condiciones de trabajo se califican precarias y carentes de protección social. Es innegable que las misiones cumplen una función social de inclusión pero no garantizan las mejoras de las condiciones laborales de los venezolanos.
“En las economías centrales de desarrollo capitalista avanzado, el mercado de trabajo se caracteriza por una marcada tendencia a la homogeneidad, que forma parte de las naturales diferencias regionales o sectoriales, de nivel económico o tecnológico, así como las que se producen de acuerdo con la composición y condiciones de la oferta en términos de edad, sexo, calificaciones, etc”.
Las llamadas Misiones en Venezuela, en una opinión personal, son programas que encierran gran cantidad de objetivos a desarrollar para dar ayuda y mejor calidad de vida al pueblo venezolano, solo creo que no están en manos apropiadas, pasan y pasan muchas personas inexpertas y cada día trabajan peor, y al final lo que vemos es la carencia de los recursos y de los servicios.
Las misiones tienen un norte utópico, soñado nada más, del punto a donde quieren llegar y es bueno o malo dependiendo desde el punto de vista que se vea del oficialismo o de la oposición.
Tomado de la revista Visión Gerencial
Año 3 Numero 1 Vol. 3, Enero – Junio 2004
Salazar Borrego, Neiza y Rivas Torres, Frank